El Tao es eterno, no obra
y nada deja sin hacer.
Si príncipes y reyes lo entendieran así,
se formarían las cosas por si solas.
Si al formarse se despertaran los deseos en ellas, las reprimiria con la simpleza sel Ser sin nombre.
En el Ser sin nombre no hay deseos.
La ausencia de deseos trae quietud y el mundo se corrige por sí mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario